Tuesday, 27 de March de 2007 |
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Einstein le tomó la palabra y antes de llegar al siguiente lugar, intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante.
Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein, no se descubrió el engaño.
El chofer expuso la conferencia que había oído a repetir tantas veces a Einstein. 
Al final, un profesor en la audiencia le hizo una pregunta.
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Modificado el ( Saturday, 21 de April de 2007 )
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